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"¿Que culpa tengo yo, de tener la sangre roja y el corazón a la izquierda?"

“Tonta mata amigo”

“Tonta mata amigo”
Por... Daniel vivas

Observa a tu mejor amigo, obsérvalo bien. Piensa en todas las veces que has estado tomando con él, todos los momentos ásperos que han compartido, todas las carcajadas y cagadas que juntos han desatado. Recuerda dónde lo conociste: en el arenero del jardín infantil, en algún cumpleaños con la temática de los Thundercats, en un concierto de rock, entrando a la primera clase de tu universidad. La gente los ve y les dice que hasta se parecen, que pueden ser hermanos. Tú tan sólo le sonríes a tu amigo, si tienes guaro en la mano (Blanco del Valle, sería mejor), te echas un trago,  le das un beso en la frente y algún desgraciado les grita “par de gays”.

Pero entonces llega una “Hot Sweet Mami Deliciosa”, una de esas tipo Diesel, tipo Ángeles Gym, tipo alternichatarra, piroba inalcanzable o de cualquier maldito estereotipo sin definir, y tu amigo se va para la porra.  Tu amigo deja de existir, los recuerdos valen hongo y el que importa ahora es ese cuerpo cavernoso y venoso del que tanto dependes para sobrevivir y que a la larga, es tu único y verdadero “mejor amigo”.

Durante mis 23 años de existencia en este mundo caótico, consumista, autodestructivo y sexual, he aprendido que lo que menos importa es la amistad. Puedes ser amigo de un desgraciado toda la vida, puedes compartir el mismo apartamento, pueden tener una empresa juntos, que si aparece un ejemplo de lo bueno que llega a ser Dios con ciertas mujeres, repito, todo se va para la “shit”. Pero es que es imposible resistirse, es imposible decir que no, si tienes la oportunidad te lanzas  sin importar las consecuencias, sin importar si luego resultas con un ojo morado, si luego tus labios emanen sangre a causa del puño de un resentido y rabioso “cachoneado”.

Debo confesar que casi siempre me gustan las novias de mis mejores amigos, me las imagino haciéndoles cochinadas y como varias se portan muy amables conmigo, entonces es imposible no tener malos pensamientos. Aunque la verdad, en mi vida únicamente ha ocurrido algo concreto con dos y los tontos de mis amigos quedaron sanos. Con otras hubo uno que otro coqueteo, un morboceo de borracho, algunos de sus novios se enojaron, pero con el tiempo me perdonaron. Y a las demás… a las demás las escondí en mi cabeza y las dejé en una lista que algún día quiero terminar de tachar. Meses atrás le conté a un pana las cochinadas que había hecho con una mujer. A los días la tipeja me borró del BlackBerry,  no me volvió hablar. Sé que el envidioso me echó al agua, nunca le reprocharé nada, tal vez también le quiera hacer, si es que ya no le hizo…

Hace poco, hablando con un tipo que la tiene clara, un tipo que para muchos sería un perro callejero, una alimaña cochina, un ciempiés traicionero,  pero que para mí es simplemente alguien “nice, me dijo que si me gustaba la novia de un baboso cercano, no me rayara, tan sólo respirara, contara hasta diez y separara los dos universos. Porque las risas con tu parcero, los triunfos y grandes momentos con aquel ser tan parecido a ti, no tenían nada que ver con lo que hicieras en la cama con aquella vagabunda que él llama “su mujer”; pues en la vida, según este tipo, así como “Coca Cola mata tinto”, ¡TONTA MATA AMIGO!

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